miércoles, 11 de noviembre de 2009

Previsión

 

El principio de la previsibilidad

Este principio puede formularse como sigue:

“Las previsiones deben realizarse tomando en cuenta que nunca alcanzarán certeza completa ya que, por el número de factores e intervenciones de las decisiones humanas, siempre existirá en la empresa un RIESGO; pero tampoco es válido decir que una empresa constituye una aventura totalmente incierta.

La previsión administrativa descansa en una certeza moral o probabilidad seria, la que será tanto mayor, cuanto más pueda apoyarse en experiencias pasadas, propias o ajenas y cuanto más puedan aplicarse a dichas experiencias, métodos estadísticos o de cálculo de probabilidad.”

Aplicación del principio

Recordando los distintos estados en que puede encontrarse nuestra mente frente a la verdad, sobre todo para la previsión del futuro, encontramos tres situaciones básicas.

a) Certeza: excluye el temor de equivocarse. Si se funda en la esencia misma de las cosas, se da la certeza metafísica, absolutamente infrustrable. El cumplimiento de las leyes de la oferta y de la demanda, sobre todo, para grupos sociales muy grandes y en situaciones extremas.

b) Incertidumbre: para el efecto de la previsión de lo que habrá de ocurrir, implica carecer absolutamente de elementos para poder predecir cómo se presentará los acontecimientos de lo futuro, ya sea porque no tenemos bases para deducir un extremo o el otro. La incertidumbre sólo se da cuando no somos capaces de llegar a conclusión alguna sobre lo que podrá ocurrir en un determinado caso o aspecto.

c) Probabilidad: la constituye aquel aspecto en el que, sin estar seguros sobre el sentido en que ocurrirá un hecho, o una serie de ellos, tenemos motivos serios y fundados para concluir que mayores posibilidades de que ocurra en un sentido que en otro.

Nuestras previsiones serán más válidas y confiables cuando:

1. Cuanto más analíticamente estudiemos cada uno de los factores que han de intervenir en la realización de los hechos futuros en que descansará el éxito de nuestra empresa, y no sólo el conjunto de ellos, global y empíricamente considerado.

2. Cuanto más nos fundemos en hechos objetivos, y no en meras opiniones; de preferencia los ocurridos en nuestra empresa y aun en otras empresas y otros sectores.

3. Cuanto más podemos aplicar a ala determinaciones de estos factores medidas, sobre todo estadísticas y de cálculo de probabilidades.

Principio de la objetividad.

El éxito de una empresa y de cada operación descansa en la cantidad y calidad de la información de que disponga.

Como un ejemplo de aplicación de este principio, podemos mencionar la creciente utilización del presupuesto como base para las previsiones de ventas, gastos, costos, etc., fundándonos en los “hechos” de años anteriores, podemos predecir con bastante exactitud cuáles serán nuestras ventas, gastos, costos, etc., para siguiente periodo.

Principio de la medición

Las previsiones serán tanto más seguras cuanto más podamos apreciarlas, no sólo cualitativamente, sino en forma cuantitativa o susceptible de medirse.

Hasta hace poco se consideraba que los problemas conectados o dependientes de la vida social y la libertad humana, la mayor parte de la previsiones sólo podían hacerse de forma cualitativa. Es indiscutible que actualmente es posible determinar muchos de esos hechos futuros con base cuantitativa, sobre todo por medio de los estudios estadísticos.

Estos permiten determinar las tendencias que se dan entre un agrupamiento de hechos, determinar la correlación entre esos mismos hechos y las causas, permiten medir o determinar el coeficiente de error estándar, etc. Puede decirse que la aplicación de la estadística y otras ramas de los matemáticas

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