jueves, 14 de mayo de 2009

Relaciones Públicas

Antecedentes históricos


Las relaciones públicas buscan que los públicos que interesen a una organización se formen una buena imagen u opinión de ella, que influya favorablemente en sus actitudes hacia la misma (Ríos, 1990)
Entonces podemos definir a las relaciones públicas como un arte y ciencia o disciplina para gestionar la comunicación entre una organización y un público clave para construir, administrar y mantener su imagen positiva.
La influencia que ejerce la opinión pública en las actividades humanas se reconoció desde hace muchos siglos, y tan pronto como se advirtió su poder, surgieron prácticas tendientes a modificarla.
Puede decirse que las relaciones públicas se remontan a la antigüedad, pues ya en las sociedades tribales eran utilizadas en cierto modo para promover el respeto a la autoridad del jefe.
La opinión pública desempeñó un papel muy importante en la historia de los antiguos griegos y romanos. En la antigua Grecia se fomentaba la discusión pública en el ágora y se persuadía al público haciendo uso del teatro. Los romanos introdujeron dos vocablos propios de la profesión: la Respública (“Cosa pública”) y la Vox Populi (“Voz del pueblo”).
En Grecia, debido al sistema democrático que tuvo su nacimiento en ese pueblo, fueron empleadas ciertas técnicas para modificar la opinión pública con fines políticos. La oratoria y el teatro constituyeron elementos importantes para este fin.
Tras la caída del Imperio Romano siguió una época de oscurantismos durante la Edad Media donde el desarrollo de las relaciones públicas fue casi nulo, pues no se permitía el libre debate de las ideas.
Sin embargo, el Renacimiento trajo consigo la libertad de expresión y el libre intercambio de las ideas que dieron gran impulso a la profesión.
En el siglo XV jugó un papel importantísimo la invención de la imprenta, ya que impulsó la circulación de la palabra escrita, convirtiéndose en una de las herramientas principales de las relaciones públicas.
A principios del siglo XVI, se difundió ampliamente en Europa la obra El príncipe, de Nicolás Maquiavelo, que bien podríamos considerar como un tratado sobre las relaciones públicas para gobernantes. La influencia de esta obra alcanzó a políticos tan trascendentes como Napoleón Bonaparte.
La reforma del siglo XVI, o sea, el movimiento protestante, sus iniciadores, Lutero y Calvino, emplearon todos los medios de difusión a su alcance para influir en la opinión pública, así lograron que grandes masas del pueblo europeo se formaran una imagen negativa de la Iglesia Católica y apoyaran el citado movimiento. Lutero se valió para ello de publicaciones de libros, folletos, carteles y de discursos y debates políticos. La iglesia católica, por su lado, para tratar de modificar esa mala imagen proyectada, también hizo uso de instrumentos que hoy se considerarían de relaciones públicas.
En relación con la industria, en el siglo XVII se proclama la libertad de comercio y la industria se encuentra en los albores de la primera Revolución. Desaparecen las corporaciones y los gremios provocando la desaparición de las marcas distintivas y las obligatorias.
La libertad de comercio trae consigo la marca individual, que al no estar aún registrada, produce abusos e imitaciones y hace que los comerciantes exijan la propiedad industrial y las patentes de explotación.
El fin de estas exigencias era proteger al empresario y a su producto. La marca se convierte en un elemento estratégico que tendrá cada vez mayor importancia según vaya aumentando la competencia. Esta marca traerá consigo un nuevo concepto: la imagen de marca.
Otro claro ejemplo lo tenemos en el siglo XVIII, cuando los dirigentes de la Revolución Francesa llevaron a cabo una campaña muy intensa en Europa, a fin de ganarse la opinión pública y el apoyo, no sólo de los franceses sino de otros pueblos. Muestra clara de ello es la labor de los Enciclopedistas (Rousseau, Voltaire, Montesquieu, etc.), cuya difusión e influencia fue tal, durante y después de la Revolución Francesa, que incluso se considera como uno de los antecedentes ideológicos de los movimientos de Independencia de México y otros países latinoamericanos.

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